domingo, 25 de marzo de 2012

El lamento de Lutero



El propio fundador de la “Reforma”, Martín Lutero, fue el que “más se lamentó,” a medida que él revisaba los daños que había causado su rebelión contra la autoridad. Sus escritos muestran que él lamentaba su acción, cuando escribió las siguientes observaciones:

“Este no quiere oír de Bautismo, y aquel niega el sacramento, otro pone un mundo entre este y el último día. Algunos enseñan que Cristo no es Dios, algunos dicen esto, otros dicen eso; hay tantas sectas y credos como hay cabezas. Nunca un campesino es tan grosero como cuando tiene sueños y fantasías, él se considera inspirado por el Espíritu Santo y que debe ser un profeta.”
De Wette III, 51 citado en el libro de O’Hare “THE FACTS ABOUT LUTHER” [Los Hechos sobre Lutero], p. 208.

“Los nobles, los ciudadanos, los campesinos, todos entienden el Evangelio mejor que San Pablo y yo; ellos ahora son sabios y se consideran más conocedores que todos los ministros.”
Walch XIV, 1360 citado en el libro de O’Hare, ibid, p. 209.

"Nosotros aceptamos, tal y como debemos, que mucho de lo que ellos (la Iglesia Católica) dicen es verdad: que el papado tiene la palabra de Dios y la autoridad de los apóstoles, y que hemos recibido las Santas Escrituras, el Bautismo, los Sacramentos y el púlpito de ellos. ¿Qué sabríamos de esto si no fuera por ellos?

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